LAS FALACIAS
Noción de falacia y sofisma
El estudio de las falacias suele remontarse a la filosofía de la
antigüedad griega,
porque desde los tiempos de Sócrates y Platón el tema ocupaba ya un lugar
importante en las disquisiciones académicas y, aún cuando todavía no
existían tablas de clasificación tan sofisticadas como ahora las encontramos,
ya recibían gran atención.
Con Aristóteles,
el gran filósofo macedonio del siglo IV a. C. encontramos cristalizada una de
las más sobresalientes tareas por las cuales remontó
la lógica en
particular, y la filosofía en general: al
hacer una clara distinción entre razonar correcta e incorrectamente,
especialmente
al identificar las anomalías típicas dentro del razonamiento. Dicha
tarea fue resultado de intensas
luchas intelectuales por aclarar
las perniciosas secuelas a las que condujeron las enseñanzas del movimiento
cultural de los sofistas.
Sofista
o sophistés se
les denominaba, en la Grecia clásica, a los maestros educadores que
desempeñaban la tarea de preceptores de paga, dedicados a
desarrollar en sus alumnos habilidades para conseguir la excelencia o areté. Originalmente ser sofista era sinónimo de sabio,
pero, posteriormente, Platón y los aristócratas atenienses comenzaron a darle
un uso peyorativo al concepto.
Es importante señalar que la falacia es un razonamiento engañoso que se apoya en recursos
psicológicos más que lógicos para convencer, su objetivo es la persuasión.
Mientras que los sofismas tienen el
propósito de engañar intencionalmente.
Para Aristóteles, en cambio, todos son
ejemplos de falacias, aunque con sus propios matices.
Entonces,
¿qué es una falacia? Es un error típico en el razonamiento,
dice
Irving Copi en
su Introducción
a la lógica. Hay falacias en razonamientos que pretenden ofrecer argumentos
deductivos pero en donde no encontramos una relación lógica entre sus premisas
y la conclusión,
entendiendo por relación lógica un vínculo de necesidad y suficiencia entre sus
elementos
Actualmente los criterios para ordenar
las falacias se han incrementado, optándose por utilizar taxonomías que distinguen entre falacias formales e informales.
En el entendido de que se llamaran formales a aquellas
falacias que pueden ser encontradas en lenguajes lógicos formales o de la
lógica deductiva, mientras que las otras quedan agrupadas en la lógica informal
o lógica del lenguaje ordinario o cotidiano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario